15 marzo 2006

[CATÁN]: ¡Viva el comercio!

No voy a descubrir el Catán, ;-p, ni a explicar sus reglas. Es uno de los juegos más extendidos y apreciados, por lo que supondré su conocimiento y hablaré de una de sus características: el comercio.


Hay muchos jugadores de Catán que no comercian normalmente y que sólo intercambian materias primas durante su turno, buscando siempre única y exclusivamente su beneficio. Cuando otro participante propone un trueque, suelen negarse siempre ante el miedo de darle algo que vaya a mejorar su situación.

Esta estrategia tiene, a mi punto de vista, dos problemas:

El primero es que el resto de jugadores acaba "cansándose" de ese estilo y termina por no comerciar con el que se comporta así, por lo que sus posibilidades de victoria acaban viéndose resentidas.

El segundo es que, en un cambio, no sólo tienes que pensar en el jugador que lo propone sino también en el resto. Si alguien te pide que le cambies una madera por un ladrillo, puedes estar seguro de que ese ladrillo le va a venir bien, que va a conseguir mejorar en el juego. Pero también es cierto que tú, al realizar ese cambio, vas a conseguir ventaja respecto al resto de jugadores. Y esa ganancia te distancia de ellos.

Obviamente, no se trata de comerciar por comerciar. Si el otro te ofrece algo que no te vale para nada, no tienes que aceptar. Pero si existe la posibilidad de ganar medio turno o un cuarto de turno con ese cambio, algo que ganas con respecto al resto de competidores.

También hay que tener en cuenta cuándo se puede comerciar y cuándo no, si el otro consigue mucha ventaja, tiene posibilidades de ganar, etc. Claramente es una decisión que hay que meditar. Pero también parece obvio que el hecho de negarse a comerciar es una estrategia poco inteligente.

Resulta bastante útil medir cada movimiento en "turnos". Un ejemplo: necesitas un ladrillo y una madera para poder contruir tu casa. Ves que quedan dos tiradas antes de que te toque y hay posibilidades, pero no es muy seguro, de que lo consigas dependiendo de las tiradas. Si alguien te ofrece un cambio en ese momento y puedes conseguir una de las dos materias primas, aún a costa de beneficiarle, te interesa hacerlo porque aumentan mucho las probabilidades de que puedas construir tu casa en tu inminente turno. De este modo, con el cambio, se puede decir que hemos ganado algo así como medio turno.

Cuando juegas partidas de Catán con jugadores experimentados, éstas suelen resolverse con un margen muy apretado, con varios participantes con posibilidades. Cada medio turno o similares que puedas ir "arañando" a lo largo de la partida te facilitará la tarea de llegar al final con opciones reales de ganar.

Pero bueno, este post estaba dedicado al comercio y a intentar hacer ver, de forma modesta, que es mucho más interesante comerciar que no hacerlo.

Y para quien no conozca el Catán... ¡descúbrelo como sea!

Catán, Página Oficial
Catán, Wikipedia
Catán, BoardGameGeek

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